Aprovecha el día porque hoy se acaba el mundo

A continuación reproducimos la versión en español del artículo de Itxu Díaz para The American Spectator del sábado 27 de junio de 2020. Consulta todas las columnas sabatinas de Itxu Díaz en The American Spectator aquí.

No puedes estar leyendo esta columna porque el mundo ha terminado hoy. Fue bonito mientras duró. Y si lo estás leyendo, entonces Nostra-Damus ha vuelto a equivocarse, lo que lo convierte en el profeta que más veces ha predicho el Apocalipsis sin acertar, después de Al Gore. Los mayas también entran en ese ranking de falsos profetas, ya sabes, esos tipos en taparrabos que se arrancaban el corazón unos a otros hasta que llegó Cristóbal Colón y lo prohibió, razón por la cual los defensores de los derechos humanos derriban ahora sus estatuas. No sabemos si su plan incluye que volvamos todos a arrancarnos el corazón unos a otros pero eso tal vez encajaría en la predicción de Nostra-Damus como “apocalipsis zombie”, que es algo así como la versión apologética del Congreso del Partido Demócrata. En cuanto a la gente con taparrabos, eso ya ocurre en cualquier festival de la Super Bowl.



El mundo ha terminado hoy sábado 27 de junio de 2020 y yo no puedo estar más feliz porque este lunes comenzaban mis clases de entrenamiento HIIT en el gimnasio. Lo único que realmente me apena es no haberme gastado en cerveza los 300 dólares de la matrícula. Por lo demás, gracias a este oportuno fin del mundo ya no tendré que meter en el lavaplatos la  pila de dos metros de cacharros sucios que hay en mi cocina. Anoche, cuando me asomé por última vez, las tazas que rebosaban en el fregadero habían empezado una huelga de hambre para que liberase a las que están sumergidas en una solución de agua, tenedores, y gel desinfectante. Soy escritor y esta semana he tenido que corregir las galeradas de mi próximo libro con el deadline de mi editor pendiendo sobre mi cogote. Solo alguien que haya pasado por eso puede entender hasta qué punto el desorden puede adueñarse de la casa de un autor en dicho trance.

Ayer me encontré un puñado de folios con correcciones en un cajón de la nevera. Me pareció tan extraño que no me atreví a moverlo de allí. Por lo general, soy un firme defensor de la libertad de prensa, por eso nunca toco los papeles que han decidido emprender su propio camino por mi casa. Dos horas después, descubrí una lechuga en el archivador. Se lo he contado a mi editor y me ha dicho que necesito unas vacaciones. Entonces le he pedido un adelanto para irme de vacaciones. Ha reaccionado de inmediato: “ya no necesitas unas vacaciones”. A veces lo miro fijamente deseando ser cirujano maya precolombino.

En realidad, no sé ni para qué corrijo las pruebas de un libro que debería salir en el mes de octubre. Nostra-Damus predijo que el 28 de junio se produciría una gran catástrofe natural y todavía no es seguro que se refiera a Nancy Pelosi. Me parece que la elocuencia del profeta francés está fuera de toda duda. El tipo nos dejó todo esto escrito en versos de una claridad sobrecogedora:

Por el calor del sol subido del mar
Los peces de Negroponte medio cocidos
Los habitantes vendrán a comerlos
Cuando a Rodi y Gennes les faltará el bizcocho.

En primer lugar quiero mostrar toda mi solidaridad con Rodi y Gennes, a los que Nostra-Damus arrebata injustamente el bizcocho, haciéndoles pasar hambre. Ahí tienes las similitudes entre Nostra-Damus y Nicolás Maduro. Y en segundo lugar, me intriga por qué los peces de Negroponte se han quedado a medio hacer. Quizá el profeta francés sea tan buen cocinero como futurólogo. En todo caso, animado por la eficacia de sus profecías en verso, y tras consultar las heces de una araña joven, me he animado a hacer mi propio vaticinio:

Cuando al caracol le tiemblen las antenas
Y Gran Grulla se rasque con profusión la planta del pie
El caballo aplastará a una hormiga huérfana
Mientras Rodi y Gennes buscarán obsesivamente su bizcocho.

En efecto, lo has adivinado: se trata del resultado de las próximas elecciones presidenciales.



En la letra pequeña de los textos de Nostra-Damus he encontrado también la profecía sobre el aspecto de mi casa esta semana: “luego nacerá un monstruo de odiosa bestia / marzo, abril, mayo, junio, gran esqueleto y roña”. Esta estrofa también puede traducirse como “en junio, roña”, clarísima alusión a mi habitación.

Mientras termino estas líneas, el fin del mundo es TT en Twitter lo que sin duda confirma que se va a producir, como ha ocurrido en todas las anteriores ocasiones en las que Nostra Damus, los mayas o Leonardo DiCaprio han predicho el apocalipsis. Los usuarios los creen firmemente, y aportan pruebas de hechos extraordinarios, signos irrefutables del fin de nuestra era como “¡no hay más que ver el coronavirus!”, “¡ya lo dijo Greta!”, “ayer en mi pueblo sentí un terremoto” o “Miley Cyrus anuncia que posará completamente vestida”.

Están de enhorabuena todos los progresistas que se esfuerzan por hacer desaparecer a Dios de la vida pública y sustituirlo por memes inspiradores de Alejandro Jodorowsky, Paulo Coelho y otros célebres masticadores de setas. A medida que tratan de amordazar la fe del pueblo, la gente va creyendo por fin en cosas realmente ciertas, como el bizcocho de Nostra Damus, el Samhain, la adivinación de los mayas, los unicornios, y las memorias de Bolton.

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