Un ministro en mi nevera

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¡Un ministro en mi nevera!
Manual para sobrevivir a gobiernos omnipresentes.

Por Itxu Díaz. Dyalnet, 2008. Actualidad, sátira política.

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Humor y actualidad en un libro lleno de vaticinios que se han cumplido

¡Un ministro en mi nevera!, de Itxu Díaz, es un completo «manual para sobrevivir a gobiernos omnipresentes». Se trata de una obra de humor y sátira en la que el autor, a través de diversos recursos, termina mostrando al lector una completa argumentación sobre algunos de los principales aspectos de la vida política y social de la España de nuestros días.

Su lectura me ha ayudado, e incluso me ha hecho sonreír más de una vez, para sobrellevar la inmoralidad creada por nuestra casta política y sus palmeros (Agapito Maestre)

¡Un ministro en mi nevera! se divide en cuatro partes: «Engaños del siglo XXI», «La España política», «¡Socorro! ¡Hay un ministro en mi nevera!» y «El futuro ya está aquí». «¡Un ministro en mi nevera!» incluye también un divertido «Manual para convertirse en un político de éxito» que se extiende a través del libro en pequeños recuadros con concisas y disparatadas recomendaciones.

Crítica del libro, por Agapito Maestre

“Me enfrasco en la lectura de un ensayo que mezcla política, humor y actualidad. Su lectura me ha ayudado, e incluso me ha hecho sonreír más de una vez, para sobrellevar la inmoralidad creada por nuestra casta política y sus palmeros. (…) Aunque esta nota no pretende ser una reseña, tengo que reconocer que el subtítulo de su libro es muy acertado para los tiempos que corren: Manual para sobrevivir a gobiernos omnipresentes. Da para tanto que no descarto apropiármelo para titular otra evanescente columna.

El cinismo de este ensayo me interesa. Es capaz de criticar el mundo, porque previamente se ríe de sí mismo. (Agapito Maestre)

Sin embargo, hallo algo curioso, casi extraño, en este libro que me lo hace atractivo, pero que me cuesta expresarlo con sencillez. Pienso y releo pero no logro descifrarlo. Al final, me dejo llevar por la escritura y afirmo que su estilo no es malo, pero no es estimulante tanto por lo que dice sino porque tiene ganas de decir. Ganas, sí, la voluntad es todo en este libro. Felicidades. Este ensayo es un torrente de energía. De mirada limpia.

Este Itxu Díaz no escribe al dictado de nadie y, además, quiere tener criterio propio. Conoce muy bien la prensa digital y la de papel. Ha tenido ocasión de sufrir en sus propias carnes, según deduzco de algunos análisis, ciertas censuras y, por supuesto, está embridando sus opiniones para que nadie le acuse de catastrofista. Su desenfado y atrevimiento a la hora de abordar las cuestiones más dispares me ha resultado estimulante, pero sobre todo me ha hecho caer en la cuenta de que, a pesar de todo, con tipos como Itxu no todo está perdido.

El cinismo de este ensayo me interesa. Es capaz de criticar el mundo, porque previamente se ríe de sí mismo. Todos estamos expuestos a la crítica. Nadie está a salvo. Pero, por otro lado, muchos se salvan; los justos, los buenos y los honrados salen ilesos; por ejemplo, su necrológica de Calvo Sotelo es uno de los textos más inocentes y limpios que he leído en los últimos tiempos. Lo recuerda en El Español, ese bar pequeño y con dos puertas de Ribadeo, charlando con Pilar, mientras apuraba el aperitivo. Aunque más que hablar, fijaba en silencio sus ojos en la calle San Roque, contemplando su Ribadeo –y nuestro– en la eterna primavera de una agosto más”. (Agapito Maestre, Libertad Digital. 28 de octubre de 2008)


EXTRACTOS DEL LIBRO:

La dictadura de lo políticamente correcto

Dimisiones

Nunca una corriente oculta de poder, la de lo políticamente correcto, que basa sus fundamentos en algo tan circunstancial como el lenguaje, ha provocado tantas dimisiones absurdas en el mundo empresarial y, sobre todo, en el político. En la España del siglo XXI –quede esto escrito para la posteridad, si las cosas se ponen aún peor- un político corrupto capaz de robar dinero público a diestro y siniestro, un gobernante que colabora con el crimen organizado, un mentiroso compulsivo, un déspota irreconciliable, un enchufado experto en los nombramientos a dedo, o un incompetente capaz de hundir en sólo tres meses la situación de bonanza económica de un país, no dimitirán jamás. Ni aunque lo pidan el triple de los votantes que le hicieron un día alcanzar la cima en la que se encuentra. Jamás. No se irá. Sin embargo, ¡ay del que ose traspasar las fronteras de lo políticamente correcto!

(…)

Un día, en el año 2002, el diputado del Partido Popular Fernando Fernández de Trocóniz soltó en público una bobada de grandes proporciones. El diputado era, en ese momento, presidente de la Comisión del Pacto de Toledo sobre las pensiones. Un cargo que tuvo que abandonar tras sugerir que las mujeres deberían cobrar una pensión inferior a la de los hombres porque “viven más”. La dimisión fue forzada por Izquierda Unida y por la Federación Española de Asociaciones de Viudas -¡sí, existe!- pero criticada por el Partido Socialista, quienes con muy buen criterio insinuaron que lo que tenía que hacer el presidente de la Comisión del Pacto de Toledo es “dejar de decir gilipolleces y ponerse a trabajar en serio”. Pero dimitió, claro.

(…)

Diez formas de dar una misma noticia

Lo sucedido: El Gobierno ha cesado a José Dine Rillo, ministro de Economía, tras ser acusado de haber robado, con gran escándalo, un millón de euros en una sucursal del Banco Santander a plena luz del día, a cara descubierta y armado con su carnet de diputado.

Así ofrecen la misma noticia los diversos medios españoles:

– “Cesado el Ministro de Hacienda por robo” – La Tierra

– “Dimite Dine Rillo por supuestas irregularidades” – El Parte Oficial

– “El Gobierno, obligado a cesar al ministro de Economía Dine Rillo tras su asalto al Banco Santander” – El Diario Impreso

– “Tres hombres asaltan una sucursal bancaria en Venezuela, el triple de los que asaltaron anoche el Banco Santander en España; ninguno de ellos era ministro de Economía” – La Cifra Tonta

– “¡Escándalo en el Gobierno! Cesado Dine Rillo acusado de robar un millón de euros” – El Día a Día

– “Dine Rillo es sólo la punta del iceberg: hay que seguir escarbando en este gobierno de corruptos y corruptas ” – La Libertad

– “El mundo en vilo a la espera de la reacción del Banco Santander tras el asalto de Dine Rillo” – La Nación Económica

– “Un hombre asalta una sucursal del Santander y asegura ser el Ministro de Economía” – Antena Zados

– “El Banco Santander niega haber concedido voluntariamente un crédito a Dine Rillo por valor de un millón de euros” – El Espejo Coso

– “El Fútbol Club Barcelona planea fichar en verano al delantero ruso Brumovsky” – Televisión Española

 

No se puede fumá

Fuman hasta los taxistas

La prueba de que no se cumple la ley la encontramos en las recientes palabras de Bernat Soria, ministro de Sanidad: «En Madrid fuman hasta los taxistas, que es algo sorprendente. Y no quiero meterme con los taxistas, pero fumar dentro de un coche es algo como fumar dentro de un ascensor, algo que no he visto en otras comunidades».

Me encanta ese detalle de “y no quiero meterme con los taxistas”, porque refleja el mundo en que vivimos. Los políticos, sin apenas excepciones, viven acongojados por la dictadura de lo políticamente correcto. Un temor que provoca que sus intervenciones suenen a chiste, cuando no acaban en simples tonterías. Porque al decir que “en Madrid fuman hasta los taxistas” las personas normales entienden perfectamente lo que ha querido expresar. No creo que nadie en su sano juicio lo interprete como “en Madrid fuman hasta los idiotas de los taxistas”, ni mucho menos como “¡Malditos taxistas!, fijaos como son que, en Madrid, los tíos ¡hasta fuman!”, ni, por supuesto, como “Acabemos con los taxistas de Madrid, que son una panda de asquerosos fumadores”. Pero por si acaso, Soria –ministro, no capital- prefiere matizarlo. No sea que se arme el lío.

(…)

Propaganda y libertad

En el contexto de explicar el concepto de libertad que -tal y como nos ha demostrado la historia- desprende el marxismo, J. R Ayllón escribe : “Aspiraban al haz lo que quieras, y acababan encerrando a la persona en un vasto cuartel cuyo reglamento se reduce a una norma: todo lo que no es obligatorio está prohibido”. Un peligroso callejón sin salida que reduce al hombre a casi nada. La libertad se suma al concepto vacío que sustenta, años después, la propaganda.

De propaganda y despilfarro saben –y mucho- los últimos gobiernos que han pasado por La Moncloa . Un buen amigo teoriza con frecuencia que cuando un nuevo presidente entra en La Moncloa, lo primero que hace, antes de nada, es llamar a sus asesores publicitarios. Son como una plaga. Persiguen al presidente, o al ministro, o al que toque, a toda prisa por los pasillos, cargados de papeles, apelotonándose detrás de él, tropezando unos con otros, y haciéndole sentir una sensación de superioridad inigualable. Los asesores. Ellos son, en algunos casos, los encargados de marcar las estrategias gubernamentales, pero son, sobre todo, los responsables de la estrategia comercial o publicitaria de los gobernantes. Los responsables de la propaganda.

La propaganda ensucia la realidad y la distorsiona, dificultando gravemente la capacidad de elegir del ciudadano. Cuando el individuo no dispone de las condiciones adecuadas para tomar sus propias decisiones, y para formarse sin impedimentos su propio criterio, la libertad queda reducida a su mínima expresión.

(…)

10 cortinas de humo que no le recomiendo ni a mi peor enemigo. Recopilación de Michael Yorch Buss.

  1. “Estamos pensando en prohibir el vino”
  2. “Señores, se acerca el fin del mundo”
  3. Detener a todo el Real Madrid acusándoles de fraude a Hacienda
  4. Detener a cualquier equipo de fútbol con cualquier excusa
  5. Prohibir el fútbol
  6. “Damas y caballeros: el presidente del Gobierno va a ser papá”
  7. “En los próximos días, vamos a meter en la cárcel a toda la oposición”
  8. Anunciar que el Gobierno plantea eliminar los impuestos
  9. Cortar la luz en todo el país
  10. Simular un atentado terrorista con fuegos artificiales y actores